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Censos > Histórico de Europa.

POBLACIÓN INVERNANTE EN EUROPA Y NORTE DE ÁFRICA

[ Wintering population in Europe and North Africa, download here].

José Antonio Román Álvarez (Grus Extremadura)

 

La población de grullas europeas de la ruta occidental inverna desde Alemania Central hasta el norte de África, incluyendo Alemania, Francia, España, Portugal, Marruecos, Argelia y Túnez, pero se desconoce su situación en Libia.

En las últimas invernadas se estiman al menos entre 385.000/400.000  las grullas en estos países.

En el norte de África podrían hacerlo unas 18.000/20.000 aves aproximadamente, de las cuales en Argelia lo harían, al menos 3.770 ejemplares (Hamdi y Charfi-Cheikhrourha, 2011). En Túnez tampoco existe información reciente pero su población invernante podría estar entre los 3.500 (Harndi y Charfi-Cheikhrouha, 2011) y 9.000 ejemplares (Amari y Azafzaf, 2013).

 

Alemania

La invernada de grullas en Alemania fue descrita por vez primera en 2005 (Lundin, 2005) citando 3.500 aves invernantes. Prieta y del Moral (2008) citaron 7.000 grullas que invernaron en 2007 en ese país. La población invernal ha seguido creciendo desde entonces y en 2015 Prange estimó 20.000. La benignidad de los últimos inviernos y los cambios de cultivos han permitido que muchas de estas grullas alemanas permanezcan en áreas próximas a las zonas de cría y actualmente pueden esta invernando unas 35.000 aves en este país, aunque las cifras pueden variar si las condiciones meteorológicas se vuelven demasiado duras y esto les hace desplazarse a la vecina Francia y hasta España incluso en enero (Román, 2017). Por tanto, hasta un 5% del total podrían pasar el invierno en Alemania.

 

Francia

En este país desaparecieron como reproductores a principios del siglo XIX y en 1985 crió una pareja en Normandía hasta 1991. Más tarde, en Lorraine, se produjo un nuevo caso de cría con dos parejas reproductoras en 2010, pero se estimaba ya una población de 12-15 parejas (Salvi, 2016), cifra que se ha ido incrementando hasta las actuales 35/50 parejas (Salvi et al., 2018).

Francia siempre fue un país de tránsito para las grullas que invernaban en la península ibérica y norte de África y no se detectó hasta 1971 el primer ejemplar invernante en ese país. Desde entonces ha tenido lugar un incremento espectacular en el número de invernantes, especialmente en las Landas de Aquitania, al suroeste del país, donde fueron localizadas como reproductores y tras una intensa restauración del hábitat de una mina a cielo abierto de lignito en Arjuzanx se ha convertido en el principal dormidero de grullas de toda Francia desde 1977. Asimismo, empezaron a invernar en el lago Der en 1976 (Riols, 1987) que además es canalizador de la migración, y en el centro de Francia también en el mismo año, zona que se ha convertido en la segunda área en importancia. A éstas debe sumarse como zona de invernada en tiempos más recientes la Camarga desde 1999.

En la temporada de 2018/2019 fueron contadas 70.759 grullas en diciembre y 85.197 a finales de enero, lo que supone entre un 19 y un 23% del total de aves invernantes. En otros inviernos se han superado las 159.000 invernantes (2013/14) coincidiendo con unas de las cifras más bajas obtenidas en España, con 202.017 en enero de aquel año. Esto significa que el 44% del total de grullas de la ruta occidental invernaron en Francia en esa temporada. Desde 2010 se vienen sucediendo invernadas con más de 100.000 ejemplares. Las condiciones climatológicas y la disponibilidad de recursos alimenticios sin duda condicionan esa situación, al igual que sucede en España.

Evolución de la población de la grulla común en Francia.

 

Portugal

La población de grullas portuguesas tiene tendencia al alza en los últimos años. Probablemente Portugal es uno de los países occidentales que menos transformaciones agrícolas haya sufrido hasta la fecha, aunque se han construido grandes embalses como Alqueva, en el Guadiana, y está aumentado de forma importante la superficie de olivar en un tipo de explotación súper intensivo, así como otros frutales. De momento esta situación no parece afectar mucho a las grullas, pero habrá que seguir realizando un buen seguimiento para comprobar si estos cambios afectan a la población de esta especie.

En este país se han venido realizando censos sistemáticos desde 1985 (Almeida, 1996) hasta la actualidad (Alonso et al., 1990a; De la Cruz y Montoya, 2004; Prieta y Del Moral, 2008; Román y Cruz, 2018). Los núcleos tradicionales de invernada son Campo Maior, Évora, Mourao y Castro Verde, apareciendo uno nuevo recientemente en Juromenha, en la frontera. Salvo Castro Verde y Évora, el resto forman parte de poblaciones compartidas con España, donde las aves transitan de un lado a otro de la frontera para alimentarse o descansar.

Desde las 2.200 grullas contadas en 1985 en este país, sus cifras han ido creciendo hasta las 12.672 de enero de 2018, lo que supone el mayor registro obtenido hasta la fecha. En diciembre de ese año se contaron 11.580 grullas y 10.500 el 1 de febrero, lo que representa un 4% y un 3.1 % del total Ibérico.

Evolución de la población de grulla común en Portugal.

 

Marruecos

Marruecos tiene una población invernante modesta que ronda las 1.000 grullas, aunque autores como Irby daba por hecho que este país era el más importante para la invernada de las grullas europeas, ya que él llegó a contar el 11 de marzo de 1874 unas 4.000 grullas en migración en la Janda que entendió procedían de este país (Irby 1898), pero posiblemente en realidad fuesen invernantes y residentes de esta laguna. No existe mucha información sobre este país, solo Thevenot (Thevenot y Salvi, 1987) ha venido recogiendo información basada más en estimaciones que en censos fidedignos desde la década de 1980. En 2008 se realizaron dos censos por parte de la Fundación Migres en su campaña de censos de acuáticas en este país, contando un máximo en enero de 1.078 grullas (Onrubia et al., 2009). Desde entonces han seguido realizando conteos en el mes de enero habiendo obtenido el mayor registro en 2018 con 1.875 aves contadas.

El grueso de la población se distribuye por la provincia de Tánger, en el norte, y en menor número en la de Fes/Mekknés, en el centro, aunque hay algunas grullas que llegan hasta el sur del país hasta el Oued Massa.

El futuro de esta población podría verse amenazado según la invernada se va desplazando cada vez más hacia el norte (Salvi, 2016), debido al recalentamiento global y disponibilidad de recursos en áreas más septentrionales europeas, aunque de momento la situación parece estar estable.

Evolución de la población de grulla común en Marruecos.

 

LA GRULLA COMÚN (Grus grus) EN EUROPA, POBLACIÓN REPRODUCTORA Y MIGRACIÓN. José A. Román (Grus Extremadura)

La población occidental de grullas se estima en más de 580.000 ejemplares y se encuentra en aparente crecimiento gracias a la protección de la especie, a la  mejora y a la recuperación de los hábitats donde se reproduce.

La mayoría de la población de grullas occidental se distribuye por el norte del continente, centro y este de Europa y en menor cantidad por países del sur del continente, y también por Turquía y Transcaucasia en Asia (Prange 1997, 2006, 2007, 2015.

Actualmente la población reproductora europea occidental se distribuye por Finlandia, Suecia y Polonia, Alemania, Estonia, Lituania, Noruega y Rusia. En otros países la población es muy pequeña y en algunos casos de colonización reciente, como el Reino Unido, donde aparecieron como reproductores en 1979 en Norfolk (Buxton, 1987), después de 400 años, asimismo en Somerset existe un programa de reintroducción. Además han recolonizado Francia (donde se extinguieron en el siglo XIX) y Holanda de forma natural.

 

Población mínima

Población Máxima

% población europea

% acumulado

Tendencia

Finlandia

23.000

50.000

27,1

27,1

Incremento

Rusia

25.000

40.000

21,6

48,7

Estable

Suecia

21.000

39.000

21,1

69,8

Incremento

Polonia

20.000

22.000

11,9

81,7

Incremento

Lituania

5.000

10.500

5,7

87,4

Incremento

Alemania

7.000

8.000

4,3

91,7

Incremento

Estonia

7.000

8.000

4,3

96,0

Incremento

Noruega

1.500

2.500

1,4

97,4

Incremento

Letonia

1.513

2.268

1,2

98,6

Estable

Bielorrusia

800

1.500

0,8

99,4

Estable

Ucrania

700

850

0,5

99,9

Incremento

Dinamarca

102

114

0,1

99,9

Incremento

Chequia

15

29

0,02

100,0

Incremento

Turquía

28

28

0,02

100,0

Declive

Francia

7

17

0,01

100,0

Incremento

Reino Unido

9

14

0,01

100,0

Incremento

Georgia

7

10

0,01

100,0

Desconocido

Paises Bajos

3

7

0,00

100,0

Incremento

Armenia

1

4

0,00

100,0

Desconocido

Eslovaquia

0

1

0,00

100,0

Desconocido

Total

112.685

184.842

 

 

 

Situación actual de la población de grullas occidentales (Fuente BirdLife)

 

En España fue reproductor en Huelva en las marismas del Guadalquivir y en Cádiz en la laguna de la Janda (Verner, 1874; Irby, 1898) a finales del siglo XIX, pero se extinguieron a causa del expolio de huevos para el consumo y por coleccionistas extranjeros, así como por la caza de aves adultas  para alimentación. En las marismas ya se encontraban extintas cuando Irby hablaba de ellas, mientras que en la Janda aún se reproducían unas 40 parejas a mediados de dicho siglo, extinguiéndose en 1952 (Bernis, 1966). En Portugal también se reproducían a finales del siglo XIX cerca de Setúbal, en Alcochete (Bragança ,1893).

Por vez primera y después de casi 70 años, una pareja se reprodujo en libertad en España en 2017 en las marismas del Guadalquivir. Esta pareja procedía del centro de la “Cañada de los Pájaros” y son hijos de  aves heridas y salen y entran al del centro hacia los llanos de Carmona, la Janda y las marismas de Doñana. Esta pareja se estableció en los Vetones del Burro, donde crió la última pareja que se reprodujo Doñana (Clarita com. per.). Hasta la fecha solo han conseguido sacar adelante un único pollo.

 

Hábitat

La grulla común habita, generalmente, en hábitats abiertos ubicados en/o próximos a humedales donde se alimenta y refugia. En los países donde cría se reproduce en humedales con vegetación densa y bosquetes de árboles como abedulares, ubicando sus nidos en el suelo. Durante este periodo tienen un comportamiento poco gregario, con parejas territoriales que defienden celosamente sus territorios de otras grullas. Solo se observan concentraciones en algunos pequeños grupos de aves inmaduras o jóvenes del año anterior que nomadean en busca de recursos tróficos. Fuera de la época de reproducción aparecen en campos de cultivos recién cosechados en busca de grano y también en algunas siembras ya germinadas, formando grupos que varían de tamaño según la disponibilidad de alimentos.

Durante el periodo premigratorio y migratorio se las observa en campos abiertos alimentándose, y acuden a determinados humedales (embalses, lagunas y otros encharcamientos) para dormir junto con grullas de las zonas colindantes. Dependiendo de la disponibilidad de humedales y lugares de alimentación pueden observarse concentraciones de aves más o menos grandes.

En las áreas de invernada, originariamente las grullas ocupaban las dehesas del suroeste ibérico, pero tras el crecimiento demográfico y la implantación de grandes superficies de cultivos como el maíz, esta tendencia ha cambiado y ahora es frecuente ver grandes concentraciones en rastrojeras de este cereal, arroz y otros cereales, si bien siguen ocupando las dehesas al principio del invierno, cuando la disponibilidad de bellotas es grande, pero manteniendo las mismas pautas: durmiendo en humedales y alimentándose por los campos aledaños durante el día.

 

Migración

A finales de verano las grullas van concentrándose en áreas favorables (donde se pueden congregar por miles) y empiezan a partir en migración en grupos en busca de las áreas de invernada. Esta migración puede empezar antes o después dependiendo de las condiciones meteorológicas y la duración de la misma también tiene que ver con estos factores, así como por la disponibilidad de alimento en las áreas de parada a lo largo de la migración, abandonándolas prontamente si no hay comida o prolongando su estancia si disponen de abundantes recursos.

La mayor parte de la población occidental de grullas invernan en el suroeste de Europa, en dehesas, campos de cultivos y humedales de la península ibérica, Francia, Alemania y una pequeña fracción lo hace en el norte de África (Marruecos, Argelia, Túnez y Libia). Una parte de las grullas de la Rusia europea, finlandesas, bálticas y bielorrusas pasan el invierno en Sudán, Etiopía, Eritrea y en menor número en Turquía, Israel, Iraq y algunas zonas de Irán.

Las rutas migratorias de las grullas europeas se distribuyen en cuatro regiones:

Región

N.º ejemplares

W Europa

400.000

Báltico/ Hungría (N y E de África)

150.000

Este de Europa

70.000

Cáucaso y Volga-Irán

10.000

Total

630.000

 Población migradora de grulla común por regiones.

 

Las rutas tradicionales de la población occidental  se distribuyen por tres corredores principales:

  • Ruta del este de Europa, por el que migran las grullas que invernan en África, procedentes de las poblaciones más orientales del Báltico, Finlandia, Ucrania y occidente de Rusia, que cruzan el mar Negro y vuelan hasta el valle del Jordán, para descansar en el lago Hula, en Israel y luego continuar hacia Eilat, en el Sinaí, para cruzar el mar Rojo en busca del valle del Nilo y seguir remontando este río hasta los cuarteles de invernada en el entorno del lago Tana (Etiopía, Sudán y Eritrea).
  • Ruta del báltico-húngara, en la que aves de origen báltico, finlandesas y bielorrusas se dirigen hasta el P. N. de Hortobagy, en Hungría (donde permanecen durante semanas) y continúan hacia los Balcanes cruzando Croacia, la península italiana y el Mediterráneo para pasar el invierno en Túnez y Argelia.
  • Ruta oeste de Europa en la que las aves de origen escandinavo vuelan hasta la isla de Rügen en Alemania y luego se dirigen al norte de Alemania donde se sedimentarán y alimentarán. Aquí también se incorporan aves procedentes de Polonia, países bálticos y Finlandia. Estos grupos luego se dirigen hacia el lago (embalse) Der en Chantecoq, al noreste de Francia. Desde mediados de septiembre pueden realizar la migración de forma escalonada y continuada o bien en grandes oleadas, dependiendo de las condiciones atmosféricas, pudiendo permanecer en esa localidad durante algunas semanas. Luego continúan el periplo atravesando Francia en dirección suroeste hacia las Landas de Aquitania, donde de nuevo vuelven a realizar un alto, antes de atravesar los pirineos (aunque pueden cruzarlos directamente si las condiciones meteorológicas les son favorables). Suelen cruzar los pirineos por los valles navarros y aragoneses más occidentales para dirigirse hacia la laguna de Gallocanta, parada de descanso obligatoria para la mayoría. La permanencia en la laguna suele ser de unos días pero si ésta se encuentre seca, como sucede en ocasiones, las grullas apenas pernoctan en ese punto para continuar el viaje al día siguiente. También eligen embalses o lagunas a unos kilómetros de esta laguna. Una minoría continúa su viaje cruzando La Rioja sin pasar por esta laguna y se dirigen por Tierra de Campos hacia la laguna del Oso por la antigua ruta tradicional. Valverde (1952) describió esta migración que realizaban a través de Castilla, siendo la ruta habitual que utilizaban para acceder a las áreas invernales de Suroeste ibérico hasta la primera mitad del siglo XX, para llegar a Salamanca, Extremadura, Andalucía y Portugal. La desecación de la mayoría de los humedales de esta ruta (la Nava y otros) supuso un cambio de estrategia y empezaron a migrar por el centro de la península desde Gallocanta, utilizándola como lugar de descanso, antes de seguir la ruta por algunos nuevos embalses, como Buendía, si bien su estancia en la laguna solía ser muy breve ya que los agricultores no veían con buenos ojos su presencia y las acosaban continuamente. Tras atravesar el centro del país se van distribuyendo por tierras manchegas (llegando hasta Fuente de Piedra en Málaga), mientras van ocupando las zonas limítrofes toledanas, continúan hacia Ávila, Salamanca, Valladolid y Zamora. El grueso proseguirá hacia Extremadura, entrando por el valle del río Cíjara (aunque otras se desviarán hacia el norte de la región) hasta Orellana, entrando a la Zona Centro de Extremadura donde descansan y se alimentan, utilizando esta área como corredor que las lleva a repartirse por toda la región: Portugal, norte de Córdoba, campiña sevillana, Doñana y la Janda, donde unos pocos centenares pueden cruzar por la zona del estrecho de Gibraltar para invernar en Marruecos. También existe un corredor por el levante ibérico que las lleva al norte de África sin necesidad de cruzar por el estrecho.

 

Las grullas han sido generalmente fieles a estas rutas hasta el inicio del siglo XXI cuandoa brieron una nueva que parte desde Hortobagy (Hungría), en dirección a Serbia, continuando por Croacia y Eslovena para migrar por el norte de Italia, volando al sur de los Alpes, hacia el oeste en busca de la Camarga en el sur de Francia para descansar y donde muchas pasarán el invierno (ya que se ha convertido también en área de invernada). Otras se dirigen por Austria, hasta el macizo del Jura, en Francia, y se desvían posteriormente a la Camarga (Salvi, 2016). Desde esta localidad se dirigirán hacia los pirineos para cruzar por Cataluña o Andorra y luego tomar rumbo a Gallocanta.  Recientemente se ha descrito una nueva área de invernada en el valle del Pó (N de Italia) que se nutre de estas grullas

Una pequeña fracción continuará por el levante ibérico buscando el norte de África. Las islas Baleares podrían suponer una referencia para algunas aves que cruzan el Mediterráneo de norte a sur.

Bando migratorio de grullas

 

 Principales rutas seguidas por las grullas europeas durante la migración (Mapa cedido por Ivar Ojaste).

 

La migración la inician las aves más septentrionales, donde aparecen antes los fenómenos meteorológicos adversos y donde los días se acortan rápidamente. Este fotoperiodo marca los primeros movimientos y estas aves más norteñas son las que más lejos van a volar y serán las que realizarán un mayor número de kilómetros. Sin embargo las grullas centro-europeas suelen viajar menos distancia e invernan en latitudes más próximas.

En general la migración otoñal es mucho más pausada y puede durar más de dos meses (desde octubre a diciembre) hasta que son abandonados los territorios de cría, pudiendo incluso prolongarse hasta el mes de enero, ya que los cada vez más frecuentes suaves inviernos centro-europeos permiten a muchas grullas permanecer en o cerca de su áreas de reproducción y cuando llega un frente frío adverso se desplazan hacia el OSO pudiendo incluso cruzar los Pirineos dependiendo de la profundidad del mismo.

Las grullas se van concentrando en determinadas áreas favorables donde abunde el alimento y haya dormideros tranquilos y según se van acortando los días y aumenta la inclemencia meteorológica empiezan a abandonar éstas y empiezan a dirigirse hacia las áreas invernales. Generalmente la migración otoñal suele producirse en oleadas, esto significa que durante determinados días o alguna semana en particular un gran porcentaje de la población se pone en marcha, mientras que durante el resto de la temporada van migrando en grupos más pequeños. La meteorología es el factor fundamental y cada año la migración transcurre de forma diferente con una o dos oleadas principales.

Sin embargo la migración primaveral se realiza de forma mucho más rápida debido a que los adultos tienen prisa por llegar a las localidades de reproducción, por lo que ésta suele discurrir en apenas un mes, desde finales de febrero hasta los primeros días de abril, teniendo lugar durante última semana de febrero el grueso de la migración. Abandonan las áreas invernales a media mañana cuando se forman corrientes térmicas y migran decididamente haciendo escalas breves. Las grullas extremeñas suelen hacer escala en el embalse de Valdecañas (Cáceres) cuando proceden de las áreas más occidentales mientras que las de la  Zona Centro suelen hacerlo ya en el embalse de Buendía (Guadalajara/Cuenca). En la siguiente escala llegarán a la laguna de Gallocanta (Teruel/Zaragoza), desde donde partirán la mayoría de adultos al día siguiente y dependiendo del viento cruzarán los pirineos por Navarra o harán escala en el embalse de Sotonera (Huesca). Si pasan continuarán hacia el centro de Francia para realizar una nueva escala en el centro de este país antes de llegar a Der (Chantecoq). Ya aquí, y tras una nueva parada (donde pueden pasar algunos días) tomarán rumbo por Bélgica, Luxemburgo y Países Bajos en busca del norte de Alemania donde pueden permanecer algunas jornadas o semanas antes de retornar a sus países de origen en los países vecinos, mientras que las bálticas y escandinavas no arribarán hasta finales de marzo o principios de abril.

En Sotonera (Huesca) si las condiciones de viento lo permiten cruzan la cordillera por los propios valles oscenses o bien por los navarros, a veces el viento las empuja más hacia el este y pasan por valles catalanes, sobre todo los de Lleida, aunque muchas también los hacen por los gerundenses. Muchas de ellas también pueden proceder de Gallocanta empujadas por el Cierzo. Luego continuarán hasta la Camargue desde donde pueden remontar hacia el norte (Der), e incluso por el Jura hacia Austria, o bien continuar por la ruta al sur de los Alpes en busca de Hortobagy por el norte de Italia.

Generalmente las rutas de retorno suelen ser las mismas que las de ida aunque han sido documentadas rutas por el norte de los Alpes hacía Hortobagy desde Francia. Gracias a las aves marcadas con transmisores GPS se viene siguiendo a algunas familias lituanas (Perzhu, 2018, com. per.) que en otoño siguen la ruta por el sur de los Alpes y luego retornan por la ruta francesa, si bien algunas de ellas, especialmente los jóvenes, lo hacen por la otoñal no vacilando en volar sobre el mar.

Ruta de una familia de grullas reproductoras en Lituana (2018/19). En rojo el viaje otoñal seguido por la familia. En amarillo la primaveral, seguida por los adultos y en azul la realizada por el joven (Mapa, gentileza de Arkaiusz Broniarek).

 

 

 Para cualquier duda o aclaración sobre censos, puedes contactar con:

José Antonio Román   grus@grusextremadura.org 

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